Dolor y bronca en el sepelio de los hermanitos

La rara mezcla de impotencia, sumada al dolor de los familiares inundaba la humilde casa de la empleada municipal en el barrio 7 de Noviembre. Los familiares recibían a los amigos, parientes y varios funcionarios comunales. La tragedia de los hermanitos Nicolás Juan Esteban e Ignacio Gabriel Korsick golpeó fuerte en el sentimiento de los formosos.

«Eran un sol» dijo la tía en medio de lágrimas. Las últimas fotos de los chiquitos.

Cerca de las 3 de tarde, en una ambulancia llegó Karen, la madre de los pibes para despedirse de ellos.

 

El padre de los hermanitos, en silencio, busca resignación.

 

Más tarde, los restos de los pequeños fueron trasladados hasta el cementerio San Antonio.

 

 

Eran muchas las versiones que circulaban en la vereda de la casa ubicada a 250 metros del lugar del accidente, y “donde también se escuchó el tremendo ruido del impacto».

 

Desconsolados estaban los abuelos. Uno de los pibes tenía puesta la camiseta de “Barracas”, el equipo de Veteranos donde juega el hombre. Vecinos que asistieron al funeral se mostraron molestos por la «vestimenta partidaria» que exhibían mujeres que acompañaban al concejal Alloi.

 

Las tías miraban fotos de los pibes en sus celulares en medio de lágrimas. Otro detalla que no pasó desapercibido es que el ex barra brava detenido vivía en el barrio Guadalupe, junto a su acompañante en el momento del choque: Daniel Fernando Palacios (29). Existió temor de que «vayan a buscarlo» ya estaban a pocas cuadras.

Camino al cementerio, columnas de motos acompañaban a los familiares. También camionetas y micros de la empresa urbana local.

Los ediles «Cacho» García, Amado Cantón, José Alloi y Blanca de Pérez acompañaron a los familiares con una extensa presencia. Tambièn pudo verse al director de Bromatología, Guillermo Romero, jefe «en la comuna» de la abuela de los pibes.

La madre fue trasladada en ambulancia desde un sanatorio para despedir a sus hijos.

Separados por poco. Cuando la extensa columna de coches, motos y micros se trasladaban hacia el cementerio San Antonio, un móvil policial trasladó al «barra brava» a la Alcaidía policial. Utilizaron el mismo camino, separados por pocos minutos.

 

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