La polémica por el edificio de los magistrados: El virus del “corporativismo”…

Las instituciones, como si fueran un organismo biológico, suelen tener alojados en su esencia virus que pueden permanecer inactivos por largo tiempo, algo así como los muy comunes herpes, pero, que en ocasiones muy puntuales, y como evidencia de su debilitamiento y enfermedad, suelen aparecer, salir a la luz y detonar un proceso patológico.

 

 

LA CUESTIONADA OBRA HOY, EN SALTA Y PANTALEÓN GÓMEZ.

El “corporativismo”, es una patología de las instituciones profesionales, no ya como movimiento político en el cual el Estado intervenía fuertemente en las mismas, como se dio en el nazi-fascismo, o en la España de Franco o el Portugal de Oliveira Salazar, sino como lo que define el diccionario de la R.A.E. cuando lo califica como “…la tendencia al apoyo y auxilio mutuo que se produce entre los miembros de cuerpos profesionales”.

 

 

El comunicado dado a conocer públicamente por la Federación Argentina de la Magistratura, en virtud del cual no encuentra nada condenable ni que genere ningún tipo de reparo en la aceptación por parte del Colegio de Magistrados y Funcionarios de Formosa,  de un subsidio de más de un millón de pesos destinado a la refacción de su sede social por parte del Ejecutivo Provincial, destila corporativismo por cada uno de sus poros-renglones.

 

El corporativismo es esencialmente egoísta,  lo que le permite ver a los miembros de esa corporación como el centro y el eje de la sociedad.

 

Una corporación de magistrados piensa al colectivo que los nuclea como un satélite de la sociedad que integra y no como un ente más de la misma que pisa y transita el mismo suelo que los demás.

 

Si así lo hiciera estaría plenamente conciente de sus necesidades, de sus carencias, de la lucha diaria, constante y sostenida contra el fantasma de la injusticia social, en fin estaría conciente de la  realidad, que evidentemente no es la que suponen y justifican con su accionar.

 

Los recursos públicos en este marco de infinitas carencias no pueden destinarse a un fin como el enunciado sin lacerar con ello el sentimiento más elemental de equidad y justicia social.

La Asociación de Jueces para la Democracia de España, lo dijo con toda claridad “…La propia naturaleza del asociacionismo judicial conlleva como riesgo permanente el tratamiento corporativo de las ideas y proyectos que justifican la actuación asociativa. La noción del corporativismo es elemental: anteponer las que se consideran ventajas profesionales de un cuerpo o sector profesional a los intereses del conjunto de los ciudadanos, desdeñando todo aquello que no garantice la mejora de las condiciones profesionales o la influencia del cuerpo.

 El comunicado de la FAM, lejos de legitimar el accionar del Colegio de Magistrados y Funcionarios de la provincia, lo termina de calificar como un acto corporativo que en una democracia social como la que pretendemos construir la mayoría de los habitantes de este suelo, carece de entidad, lo muestra como un resabio de un pasado que pretendemos enterrar, y lo define como un gesto enfermo de egoísmo e insensibilidad social incompatible con el rol de la función  que tienen asignada a partir de sus cargos.

Por:  José Luis Pignocchi

Juez de Cámara, Civil y Comercial de Formosa.   

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