Carlos Vicioso, el amigo, el deportista, el histríonico

Carlos Vicioso dejó el mundo terrenal ayer en un accidente automovilístico, fue un hombre consustanciado con el deporte y con una estructura férrea de pelearle a la vida en todos sus aspectos.

 

 

 

Carlos Vicioso (de camisa amarilla) juntos a varios amigos.

 

 

Muchos no van a coincidir conmigo, pero inevitablemente van a ser diferentes circunstancias la que no tocó vivir con esta persona que dejó el mundo terrenal por un absurdo accidente, acaecido ayer en una ruta de Corrientes.

Carlos Vicioso fue un tipo muy peculiar, desde todo punto de vista. Defectos, innumerables, como nosotros, porque quien puede juzgar a su prójimo sin estar libre de pecado.

El ser humano es muy propenso para disparar nomás, sin tener en cuenta que su cañón fue usado de muchos modos, y seguramente a veces, con munición extra e ilegal. Que esta comparación sirva, para encaminar estas palabras en pos de un hombre que dejó de existir para vaya saber, donde esté, con su verborragia, personalidad y vorágine, alegre una estructura solo en nuestra imaginación.

Fue a estudiar a Santa Fe después de recibirse en la secundaria, y muchos de los formoseños que compartían cosas con él, ya hablaban de su sagacidad y visión para los negocios.

Yo lo conocí a mediados del 80 en las vacaciones cuando Carlos venía a pasar a Formosa y me decía cada vez que nos encontrábamos en la playita de Alberdi, Doña Lola o el único boliche de la época, Karamba, tengo mil negocios entre manos y va a ser una bomba cuando lo cristalice, y lo hacía con la seguridad, propia de él.

En el 83 estando yo en la Municipalidad, me visitó por primera vez con la idea de venderme una de sus ideas, trajo a Formosa el famoso plan de ventas de autos, que con una simple cuota en un plan cerrado, si salías sorteado, ya no pagabas más la unidad y éste era tuyo, se erigió después, porque todo iba viento en popa, en el tradicional EQ, haciendo sociedad con Lobo Quintana al lado de casa en la Saavedra entre Rivadavia y Moreno, todo iba bien hasta que sobrevinieron las inestables e inevitables inflaciones y su negocio ya no fue rentable y tuvo que dedicarse a otras cosas.

Sin lugar a dudas, su mente funcionaba a mil, porque siempre sostenía su capacidad de elaborar cosas y sacar adelante otras.

Pero él, como persona, tenía un carisma como pocas, me pasaba horas hablando con él y te hacía reir como si estuviese preparado para eso, como si el mundo fuese tan pequeño a su alrededor, histríonico, locuaz, divertido, sagaz, te «hacía» sentir lo suyo como propio, te envolvía de tal manera, que quedabas pegado a su telaraña de mangificencia.

Carlos estaba preparado para las grandes luchas dialécticas, encarar cualquier tema con la liviandad de caso, y discutir de la mejor manera, para llegar a un buen puerto en la evaluación final.

No lo puedo juzgar de ninguna manera por otras cosas, ni como padre, ni como comerciante ni como porque el que dirán, Carlos tenía «alma» te hacía ver la realidad y te lo demostraba, evitaba caballerosa e inteligentemente toda agresión verbal de un ocasional adversario para pasar rápidamente a las bromas, sin importar quien esté alrededor, con tinte soez, chabacano y si se quiere con un alto contenido intelectual, porque estaba preparado para ello.

Amaba los deportes, en especial el fútbol, cuantos picados emulando a los grandes jugadores de otrora, tus relatos de tu acercamiento a cuantos famosos y tu amistad con Carlos Reutemann, era tu caballito de batalla.

Cuando estabas en la buena, pasa por mi mente, a cuantos entidades deportivas ayudaste económicamente, a ver, San Lorenzo, trajiste el primer técnico caro como lo es Oscar Palavecino, Sol de América con indumentaria deportiva y tantos clubes de fútbol de salón que viajaron a tus expensas, ni hablar de las colaboraciones personales, generoso como pocos.

Se fue Carlos Vicioso, ojala de donde estés, reflejes tu personalidad avasallante y con tu visión futurista, hagas realidad todos tus sueños en forma celestial.

Papilín Silva

Mail de contacto:papilinsilva@hotmail.com  

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