La psicosis por los mensajes de texto «alarmantes» juntó gente en la plaza

La convocatoria realizada vía mensajes de texto hizo que unas 50 personas, en su mayoría padres de familia, se reunieran en la Plaza San Martín. Pero la gran duda no pudo develarse: “hay aquí algún familiar de alguna de las víctimas que se suponen desaparecidas?” preguntó una madre preocupada. La respuestas eran sólo conjeturas, nada concreto. Ningún familiar de las supuestas víctimas se hizo presente. 

 

 

 

 

 

Todos querían saber de dónde salieron las versiones, nadie pudo llevarse una respuesta concreta.

Entre otros, se pudo ver al padre de Antoliano Figueredo y la madre del pibe Vargas desaparecido en Laguna Oca años atrás en una tarde de navidad.

La periodista Gladis Torres le preguntó concretamente a algunos de los asistentes si creían que efectivamente estuvieran desapareciendo personas a quienes se les extraen los órganos y recibió como respuesta que “si, para mi que el gobierno esconde todo y la policía dice que no sabe nada!!”.

También surgieron los casos –nunca confirmados- de “la nena que le estaban rapando la cabeza en Carrefour y estuvieron a punto de raptarla” y “la desaparición de Pato y ´La Mudita´ que le sacaron los órganos”.

De todos modos, nadie pudo corroborar con certezas las versiones. Todo tenía que ver con “me contó un amigo….” También comentaron que “las chicas que aparecieron en Córdoba recibieron golpes para que cambiaran su declaración….”.

Hubo además cuestionamientos a los medios “que no cuentan todo lo que pasa”.

Lo que sí quedó en claro es que “de todos modos hay que tener cuidado con los chicos, hay que cuidarlos”.

La psicosis colectiva fue motivo de charla, inclusive, en escuelas de la ciudad. Lógicamente, los padres están preocupados.

En la autoconvocatoria no se observó a ningún policía (al menos, uniformado…)

La mayoría de los padres, también se pudo ver a algunos alumnos de colegios secundarios con sus uniformes, llegaron en moto o bicicletas de barrios de la ciudad.

Desde un de días atrás, se creó en la ciudad un psicosis social que alarmó a muchas familias, pero en concreto, no hay ninguna denuncia policial ni judicial que corrobore los hechos que trascendieron en los mensajes de texto. 

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