Nuevos elementos complican la situación procesal del dictador Colombo, al aparecer otro centro clandestino de detención dependiente de la Policía Provincial; a su vez que se concentran las sospechas sobre las autoridades que ordenaron su demolición en 1995, cuando Borrini era ministro de Gobierno.
El abogado y querellante Pedro Velásquez Ibarra, releyendo las declaraciones periodísticas y judiciales de Osiris Ayala quien se encuentra fallecido, que señalaban el destacamento policial del paraje Monteagudo, cercano a Mojòn de Fierro, a pocos minutos de la ciudad de Formosa, como centro clandestino de detención, tortura y muerte, decidió inspeccionar el lugar, que por su ubicación geográfica reúne todos los requisititos de operatividad y clandestinidad necesarios para este tipo de “tareas especiales”.
Su cercanía a la ciudad capital, en el camino a la ciudad de Clorinda, su ubicación rural, cercana al río, alejada de cualquier testigo ocasional, motivó esta inspección para corroborar los relatos periodísticos y en sede judicial de uno de los sobrevivientes y de las confidencias que llegaron a oídos de la querella.
Osiris Ayala en una publicación del diario El Comercial del día siete de mayo de 1995 en un artìculo titulado “Desaparecidos formoseños durante el proceso militar; entre el silencio o el olvido irresponsable” afirma que “fue allí donde el 13 de septiembre de 1976, mientras lo trasladaban en camioneta hasta un lugar al que ubicó como situado en el paraje Monteagudo, pudo notar la presencia de Oviedo, Díaz, Insfrán, Borgne y otros … Éramos unos 19 en total, todos desnudos y vendados, y uno de nosotros pidió que nos diéramos los nombres porque estábamos seguros que íbamos hacia la muerte, relató y añadió, que así fue para alguno de ellos que no regresaron de ese viaje…”
Estas declaraciones periodísticas se corroboran con las declaraciones ante el juez en las que afirma que “entre el 11 y el 13 de septiembre de 1976 a altas horas de la noche o en la madrugada estuvo con Ramón Luciano Diaz en ocasión de que el declarante se encontraba detenido en el Regimiento 29 de Monte. (…) También agrega que al dicente lo volvieron a llevar en varias oportunidades más al lugar indicado más arriba y donde lo sometieron a distintas sesiones de torturas. Quiere hacer especial mención que cada vez que se iban o eran trasladados presumiblemente en una furgoneta, venían menos personas”.
En el lugar señalado por Osiris Ayala, y por los indicios sobre confidencias recabadas en la investigación llevada adelante por la querella, que explicarían la desaparición de Pancho Bogarìn, Mirta Insfrán, Monchi Diaz, Fabián Oviedo y Ricardo Borgne, no quedan sino los cimientos y un aljibe como vestigios del plan criminal que lo incrimina a Colombo como genocida.
En la loza que circunda el brocal del aljibe, se lee la inscripción en el cemento de una fecha sugestiva: 7 de octubre del 77.
Otro dato tan sugestivo como la fecha sellada en cemento, consiste en la fecha en que se ordenó la demolición del destacamento: precisamente después de las declaraciones periodísticas de Osiris Ayala, cuando era titular en el ministerio de Gobierno el comisario general (Re) Elvio Borrini, sindicado como fuertemente enemistado con “Monchi” Diaz, quien, según Osiris Ayala, estuvo en ese lugar en que fuera salvajemente torturado y del que no volvió.
El descubrimiento, según los querellantes pone al descubierto la complicidad de las autoridades políticas para encubrir posibles pistas y de la propia fiscalía al no ordenar las investigaciones pertinentes y la imputación de los responsables del Destacamento y de quienes hicieron desaparecer posibles pruebas tras conocerse las denuncias.