Los datos son sumamente descriptivos en cuanto surge de los mismos que en el primer trimestre del año 2008, ingresaron 77 denuncias por casos de violencia doméstica y se atendieron consultas a 587 personas por el mismo tema.
Sin embargo, a partir de la entrada en vigencia del reglamento de la Oficina, que preve la atención durante las 24 horas del día, con personal especializado, las denuncias se duplicaron en los trimestres posteriores, llegándose a atender a 1.200 personas en el segundo trimestre y a 1.400 en el último trimestre del año 2008.
El Reglamento aprobado por el STJ, dio un nuevo impulso a la Oficina de Violencia Familiar, jerarquizando la misma y dotándola de personal especializado e incorporando un sistema de atención permanente durante las 24 horas del día, modelo que data de Marzo del año 2008, tal como lo hiciera la Corte Suprema de Justicia de la Nación con posterioridad
Entre las funciones de la oficina, se encuentra la de recibir las denuncias de las personas afectadas por hechos de Violencia Familiar, orientar a las personas acerca de cuales son los cursos de acción posible en cada caso, formulando las derivaciones que correspondan, disponer la realización de los exámenes médicos, psicológicos, psiquiátricos y/o sociales que resulten pertinentes, realizar el seguimiento de los casos y ofrecer información vinculada con la problemática de la Violencia Familiar.
La Oficina esta a cargo de una persona con titulo que acredita conocimientos especializados en Servicio Social, y además del personal administrativo, cuenta con una psicóloga especializada en materia de Violencia Familiar.
La novedad del sistema implementado es que, además del horario administrativo de atención al publico, se ordena un sistema de guardia pasiva, que permite la atención de los casos de violencia familiar en días y horarios inhábiles.
A la luz de los datos estadísticos recogidos recientemente, se advierte el acierto en la dinamización de la dependencia, a cargo de la licenciada Marta Portillo, pese a que las cifras también revelan que la violencia familiar es un fenómeno que se mantiene en crecimiento en la Provincia, lo cual implica la necesidad de redoblar esfuerzos desde distintos ámbitos, públicos y privados, para disminuir este flagelo hasta su mínima expresión.