La culpa es del chancho?

La Fiesta de la Corvina (o mejor dicho el festival, que es más importante que el concurso de pesca en sí) convocó a muchos funcionarios que aprovecharon la ocasión para hablar loas sobre los beneficios del concurso y las acciones de gobierno, pero de la tarifa de la luz, nada

 Es un tema muy sensible que nadie que tiene decisión de poder quisiera tocar, es lógico, pero la realidad es implacable. La opinión publicada y la pública, es muy distinta en Formosa. Por más que se continúe “comunicando” de la corvina y su “éxito”, el comentario en la ronda de tereré es la famosa factura de luz y sus “actores”.  

Toda la responsabilidad es de EDEFOR? La historia El 5 de diciembre de 1995 el estado de Formosa dejó en manos de la empresa EDEFOR el servicio de energía eléctrica en la provincia. Era martes, faltaban 6 días para que asuma la primer magistratura el actual gobernador Gildo Insfrán.

Todas las miradas estaban atentas a la designación del gabinete del sucesor de Vicente Joga. Pasaron 4798 días.

Hoy, varios medios y funcionarios se “rasgan las vestiduras” asegurando a cuanto micrófono se le acerca que la empresa es lo más parecido al infierno.

Pero, cuándo la empresa del Grupo Taselli cumplió el servicio con eficiencia? Recuerda usted alguno de esos días?

Acaso la prestación de la empresa privatizada mejoró alguna vez? Quién es el encargado/a de controlarla? El silencio o inacción manifiesta de los organismos contralores fue una constante durante estos años.

En una síntesis de esta última década de Edefor en los medios formoseños se pueden encontrar infinidad de quejas de los usuarios e igual cantidad de excusas y promesas de funcionarios.

Las sanciones/multas del Ente Regulador casi nunca beneficiaron a los usuarios o se expresaron en “descuentos” en las facturas.

Siempre hubo “amagues”, inclusive de rescisión de contrato, pero la calidad del servicio sigue siendo ineficiente.

La mayoría de las sanciones las recaudó el gobierno. En algunas ocasiones, se convirtieron en “compensaciones” por la tarifa subsidiada a sectores humildes de la ciudad.

El mediático Defensor del Pueblo, salió en otras ocasiones a despotricar “con los tapones de punta” contra la empresa de servicios, pero hasta el momento sus críticas no hacen mella en la prestataria.

El ex titular del Ente Regulador, Fernández Basualdo, ahora es diputado nacional por el PJ bendecido por el gobernador Gildo Insfrán. Sincerarse

Hay que sincerarse, “la culpa no es del chancho, sino del que le da de comer” asegura un viejo refrán. Otra referencia es de Juan Domingo Perón: “la única verdad, es la realidad”.

Qué esta realidad nos sirva. Que la experiencia del pasado, si no la olvidemos y servirá de guía para el futuro.

Estamos como estamos por la “vista gorda” que durante muchos años inundó de oscuridad a miles de casas y dejó cientos de aparatos “afectados” por los bajones y picos de tensión, decenas incontables de burocráticos trámites ante organismos públicos y privados.

Todo pasó, pero el servicio sigue siendo “casi” el mismo. La tarifa, no. Pero, por culpa de quién?. 

El preconcepto de “igual no va a pasar nada” hay que desterrarlo. Puede que en este caso prácticamente consumado resulte difícil variar el rumbo, pero si se demuestra voluntad de unidad en la población, en las próximas acciones los responsables de administrar el dinero del pueblo analicen con más cuidado los efectos. 

La quietud del manso pueblo formoseño es aprovechado por funcionarios de turno (hace mucho que están de turno!!) y permiten el avasallamiento de las privadas que reciben su “mensaje” cuando a viva voz se canta “combatiendo el capital….”

La eterna dependencia del estado: espectáculos de nivel gratuitos, útiles, guardapolvos, remedios, comida, etc, convierte al pueblo en sumiso, dependiente y (aunque se quiera negar) con miedo a expresarse.

En los medios, con escasas excepciones exponen con crudeza la realidad. Son concientes de que “si andas mal con el estado es difícil sobrevivir” se excusan y terminan convirtiendo sus canales de expresión en usinas del gobierno.

Aunque también es cierto que existe tanta autocensura que a veces no siempre hace falta un “golpe de teléfono” para condicionar una nota.

La independencia se observa cuando el/los propietarios “tiene suficiente respaldo económico para soportar la falta de flujo económico que otorga el estado”.

El periodismo también es merecedor de una autocrítica, igual que la gente y los funcionarios.

 

Salir de la versión móvil